La manipulación en los vínculos amorosos, más tarde o más temprano, forma parte de la vida de casi todas las personas. Todos en algún momento nos hemos sentido sin saber ni quienes éramos o donde estábamos.
Manipular para que el otro haga determinadas cosas y pierda su propia voluntad, se confunda respecto a su propio criterio, y crea que haciendo eso va a ser mejor o más feliz y que si no hace eso es responsable de la conducta del otro, es algo tremendamente grave en los vínculos afectivos.
La persona manipuladora sabe hacer con agua muy fina, disparar la culpa y la ansiedad en la víctima, y ésta llegar a creerse que es inútil, o que es un deshecho, o que no sirve para nada o, que es el o la responsable de lo malo que ocurre o que vaya a ocurrir.
La manipulación se da poco a poco, sin darnos cuenta. Gota a gota se va produciendo un lavado de cabeza y quedas atrapado en la red de la persona manipuladora. Cuando esto ocurre, la persona manipulada que suele ser alguien potente, con iniciativa, llena de vida, se ve sin voluntad de dar un paso por sí solo o sola, confundida, atrapada, paralizada.
Cuando esto ocurre la persona manipuladora se hace grande, se crece, no le interesa que su víctima salga de ahí y la refuerza como sabe.
¿Qué hacer para salir de ahí?
Es muy importante el entorno de la víctima, la familia, los amigos, el o la terapeuta. Hacerle ver de manera cálida en donde se encuentra y lo que está ocurriendo. Necesita ayuda.
Es muy probable que haya una negativa o una resistencia a ver, pero con paciencia y sin perder de vista a la persona que lo está viviendo, ir dando esa luz que necesita para salir de ahí. Hay un momento en que hay un clic y se ve la realidad, y ahí se empieza a tener conciencia de la manipulación.
Sólo salimos de ella cuando salimos de ahí.
Espero que os sirva y si os identificáis con lo descrito pedid ayuda.
